Cómo lidiar con la incertidumbre.

Lidiar con la incertidumbre es un reto para nosotros ya que se trata un elemento al que estamos destinados a enfrentarnos durante toda la vida y en todos los ámbitos posibles.

Desde las guerras muy antiguas, los líderes y combatientes sobre todo, contaban con oráculos y chamanes a los que acudían para predecir el futuro, o saber que estrategia tomar. Esto se realizaba con el objetivo de resolver en la medida de lo posible esa incertidumbre. Actualmente, el intentar saber qué probabilidades hay de que ocurra un suceso para determinar qué estrategia tomar obviamente ha evolucionado de manera notable. No quedándose en una simple predicción del futuro basada en ciertas suposiciones. Y esto se trabaja desde diversas disciplinas como la prospectiva, la estadística y otras, en diversas áreas y tipos de negocios o empresas.

En el terreno de lo personal, en nuestras vidas, hasta el más mínimo detalle se puede convertir en incertidumbre: ¿podré tener hijos? ¿Se va a resolver este problema? ¿Haré bien mi exposición en el trabajo? Si esta se produce de forma reiterada, nos puede llegar a causar un gran malestar, que nos impide desarrollar nuestras tareas más habituales de la forma más óptima posible.

Manejar la incertidumbre puede llegar a ser tarea complicada y experimentarla nos suele hacer sentir incómodos. Es por ello, que se vuelve fácil asociar la incertidumbre con miedo, mediante los pensamientos negativos referentes a nuestro futuro.

Pero… el hecho de no saber lo que va a ocurrir en el futuro, es algo que como ser humano no puedo remediar, ¿qué puedo hacer con la incertidumbre?

Efectivamente, es algo a lo que vamos a estar expuestos siempre y que forma parte de nuestras vidas, sin poder eliminarla. Será habitual tener la duda de qué nos va a ocurrir en el futuro. Si algo que planeamos va a salir bien o mal o si nuestros problemas se solucionarán.

Pero se puede controlar y lidiar con ella para que no nos haga experimentar sentimientos negativos.

La diferencia radica en si esos pensamientos:

  1. Son útiles para prevenir/solucionar un futuro problema real
  2. Si se están extrapolando a diversas situaciones.
  3. O si están aumentando su frecuencia de aparición en nuestras mentes.

El resultado está claro en la segunda y tercera opción: el malestar aumenta.

Sin embargo, hay personas que viven la ignorancia de lo que va a ocurrir en sus vidas con mayor o menor intensidad. Asimismo, con mayor o menor grado de malestar. Esto depende de las personalidades de cada uno, incluidos sus estilos de afrontamiento y de las circunstancias personales externas.

Además, hay personas que lidian con la incertidumbre a diario, debido a sus trabajos, sin embargo, puede que en sus vidas personales, la gestionen de otra manera. Puesto que en ocasiones, esa baja o alta tolerancia a no saber lo que va a ocurrir solo se limita a un ámbito concreto.

 

¿Cómo lidiar con el malestar que produce la incertidumbre?

Para lidiar con la indeterminación continuada o intensa se pueden adquirir herramientas psicológicas. Estas contribuirán a percibir un menor malestar o que no nos afecte de manera significativa. Lo que conllevaría una mejora de nuestro estado de ánimo, del estrés diario o incluso crónico y disminución de los síntomas de ansiedad. Y facilitará que llevemos a cabo cualquier labor de forma óptima, obteniendo de ello un mayor rendimiento. Tres de las técnicas principales son las siguientes:

  1. Detectar pensamientos negativos y manejarlos: consiste en ser consciente de qué pensamientos se están rumiando y formando un círculo vicioso en el que dichos pensamientos carecen de función. Es decir, esos que nos hacen centrarnos en el problema, en anticipar lo negativo y no centrarnos en la solución.
  2. Relajación: esta práctica produce muchos beneficios, de los cuales uno de ellos es mantener nuestra mente despejada o más centrada y disminuir el nivel de activación que nos produce el malestar. En un estado de mayor relajación, tendremos la mente más preparada para la resolución de problemas o elaboración de estrategias.
  3. Resolución de problemas: hay diferentes técnicas a utilizar para la resolución de problemas y toma de decisiones. Aunque no sepamos cuál va a ser el resultado exacto final, la utilización de estas estrategias nos guiarán hacia un objetivo concreto y centrarnos en conseguirlo. Es importante saber, que cuando disponemos de un plan, es necesario tener en cuenta que a veces se ve obstaculizado por cualquier suceso inesperado y debemos estar dispuestos a ir modificando aspectos de dicha estrategia para resolver el problema o alcanzar el objetivo.

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